Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

miércoles, 1 de julio de 2015

LA VARIEDAD DE LO VITAL*
(Sacado de SEGUNDA CITA  de Silvio Rodríguez)

Una de las maravillas de Martí es que desde tan joven hubiera sentido a su Patria como algo legítimo arrebatado por lo espurio; su tajante diferenciación entre lo puro propio y la mácula de la imposición externa; opuestos que cobran una significación aún más dramática al ser sus padres un valenciano y una tinerfeña. Pero tampoco era un milagro la Patria que él figuró en Abdala. Aquel sentimiento del Martí adolescente, aquellas razones indignadas, de muchas maneras estaban bullendo en las calles de La Habana cuando nuestro Pepe era un niño. El despertar de una conciencia de Nación venía creciendo en Cuba desde las ideas del Padre Félix Varela. Martí había conocido el pensamiento de Valera por su maestro Rafael María de Mendive, que en sus viajes se había encontrado con el clérigo desterrado. Y Mendive, a su vez, había sido discípulo de José de la Luz y Caballero, que compartió años con Varela en el seminario de San Carlos y allí fue ganado por sus ideas renovadoras.

Aquella noción de Patria pudo surgir de aquella forma cuando éramos territorios colonizados, sujetos férreamente a los vaivenes de las rivalidades y supremacías de los imperios europeos. Bajo aquel sometimiento, asfixiante para las emergentes generaciones de criollos,  empezaron a dibujarse nuestras naciones y con ellas nuestros primeros sentimientos de dignidad ultrajada. Después se vio que las guerras de liberación fueron tan necesarias para el crecimiento físico como para el espiritual.

Que Cuba pasara de las manos de un Imperio a otro, en una negociación a espaldas del pueblo cubano, desdeñando los enormes sacrificios de 30 años de luchas, de cierta forma acabó de marcarnos el destino. Nos hizo conscientes de que nos faltaba por aportar aún más dolor para llegar a la sangrada y soñada emancipación. No se puede entender a Cuba ni a sus vanguardias sin saber que ese ha sido nuestro sello de Caín y que las circunstancias históricas actuales parecen alargar ese empeño en nosotros.

Por eso una de nuestras armas estratégicas es el compromiso con nuestra Historia. Entenderla y enseñarla con veracidad nos ayuda a fraguar la unidad que nos es imprescindible para sobrevivir como pueblo, para hacer sostenible, en cualquier circunstancia, nuestro legítimo ideal de soberanía. Y por supuesto, jamás renunciar a Martí como “misterio” acompañante.

Quien sinceramente quiera ser nuestro amigo, por más diferente que piense, tiene que empezar por comprender –y respetar– esta circunstancia vital de los cubanos.

Por otra parte, saber que un lugar del mundo, un lugar que es patria de otras personas, puede desaparecer tragado por las aguas, hace volar la mente.

¿De cuántas formas influye lo circunstancial en la noción –y en la razón– de patria?

Sé que van a traer muchas citas hermosas, de grandes pensadores. Pero me gustaría que ustedes, abejas de Segunda cita, también contribuyeran con sus propias palabras al Universo de cuestiones que la variedad de lo vital circunstancial nos abre.

* A propósito de un aporte martiano de Lectora.

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