Viaje a la Luna
LA LUNA DE NOKA
Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.
QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR
viernes, 5 de abril de 2024
MI
SAPUCAY A TARAGÜI
miércoles, 13 de marzo de 2024
Toma
de decisiones: De la teoría del caos a la psicología
(Por Daniel Piorun, http://www.degerencia.com/dpiorun)
Caos no significa
desorden ni comportamiento aleatorio, son sistemas complejos “no lineales”, que
tienen entre otras propiedades, un comportamiento ordenado y razonable, bajo un
disfraz lleno de opuestos y un “aparente” desorden. Por ejemplo, las
organizaciones y la economía, son sistemas complejos y caóticos.
La alta sensibilidad a las condiciones
iniciales de estos sistemas, es conocida como el “efecto mariposa de Lorenz”,
(matemático y metereólogo, que trabajó en este tema en la década de 1960), el
cual dice que “un aleteo de una mariposa en California puede generar un tornado
en Japón”. Son sistemas irreversibles, partimos de un estado X y luego el
sistema pasa a un estado Y, pero si pudiéramos volver marcha atrás, no
volveríamos a X dado que es un sistema complejo, “tal como es la realidad” y en
cada transformación se pierde información, por lo cual nunca se pueden
reproducir exactamente las mismas condiciones.
Vale el conocido
ejemplo que, si colocamos un corcho en lugar preciso de un río y luego
verificamos varios kilómetros delante, pasando por varias cascadas, el lugar
donde llegó dicho corcho, la explicación del comportamiento del mismo para
llegar a dicho lugar va a ser lógica y fue regida por leyes de gravedad y
fuerza, pero si hubiéramos querido predecirlo, sería imposible, pues estamos
frente a un sistema complejo/caótico donde si repetimos el experimento con
otros corchos, todos tendrán un destino diferente.
A esto se refiere el
concepto de “sensibilidad a condiciones iniciales”, solo una condición
diferente e imperceptible (una ramita, un poco menos de viento, una piedrita)
cambian en forma sensible la trayectoria que sumados a otros acontecimientos
imperceptibles, logran un resultado final “totalmente distinto” e imposible de
predecir.
Cada momento del
sistema es único, por eso la forma de estudiar estos sistemas de
comportamiento, no es con modelos deterministas predecibles, sino con modelos
de simulación que hacen miles de recursividades (tomar el resultado de una
acción como input de la siguiente) y los resultados son “escenarios y
tendencias” probables.
De ello surge la
premisa que cualquier pequeña diferencia al inicio puede generar grandes e
impredecibles diferencias al final (como la “Mariposa” ), -no como en los
sistemas lineales donde cualquier diferencia al inicio es proporcional y
factible de calcular la diferencia al final-.
Si aplicamos esto a
las organizaciones o las personas, un pequeño cambio en una decisión inicial
puede generar resultados totalmente diferentes al cabo de varios ciclos de
decisiones (recursivas) en el tiempo, o sea el resultado de cada decisión
genera los datos iniciales para tomar otra decisión.
Es importante,
considerar que TODAS las decisiones tienen un componente de “beneficio” y otro
de “costo” (algún aspecto negativo que genera la misma, visible u oculto,
aunque en el límite tan solo sea el costo de oportunidad de haber podido tomar
alguna decisión mejor). En general las decisiones que toma la gente, generan
rápidos beneficios y disparan en el tiempo los costos, con lo cual tienden a
pensar erróneamente que el costo es cero.
Si asociamos entonces
el concepto de “costo de la decisión” al del “comportamiento caótico”,
llegaremos a un análisis muy rico y preocupante: el costo (problema,
restricción, efecto negativo, etc.) de una decisión, será el input de la
siguiente y así sucesivamente en forma recursiva, de manera tal que al cabo de
varios ciclos en el tiempo, pequeños costos iniciales pueden generar, grandes
variaciones de situación con altos costos finales. Esto –tal como se mencionó-
es explicable lógicamente una vez que sucedió pero imposible de predecir
exactamente antes, razón por la cual hay que ser muy precavidos en el análisis
de costos de cada decisión por pequeño que parezca.
Entonces, el estado
de situación de una organización o una economía o una persona en un momento
determinado, es la consecuencia ordenada y lógica de decisiones recursivas
tomadas, y los males actuales no son otra cosa que la acumulación de costos.
Decisiones no
racionales
Dado esto, es
menester entrenar a los tomadores de decisiones, en el análisis de las mismas y
el diagnóstico a priori de los costos futuros y ocultos (que son los más
difíciles), con el fin de minimizarlos o al menos saber que va a suceder. Uno
de los factores que mayor problemas generan en este proceso, es la toma de
decisiones no racionales (o sea emocionales).
Desde que Goleman,
escribió en la década pasada el libro “La inteligencia Emocional” y comenzó a
expandirse entre otros, la “Ontología del Lenguaje”, mucho camino se ha
recorrido, y el coaching personal y empresarial ha dado un salto cualitativo
enorme, pues los beneficios son muy grandes: “entrenar a la gente para la toma
de decisiones no emocionales con el fin de bajar los costos de las mismas, lo
cual influye drásticamente en mejor eficiencia en el logro de objetivos”.
Desde la visión
psicológica, el hecho consumado, no debería ser más, que la vieja pero adecuada
premisa de “hacerse cargo”, de lo que cada uno como adulto genera, dado que es
una cualidad de los adultos, la de decidir, por eso es importante (si uno lo
desea) saber decidir mejor.
Será acaso esta
explicación racional, lo que sustenta la vieja frase popular de nuestros
abuelos, acerca de que “cada uno tiene lo que se merece”? o sea lo que fue
capaz de decidir....
(http://www.degerencia.com/articulo/
toma_de_decisiones_de_la_teoria_del_caos_a_la_psicologia)
viernes, 8 de marzo de 2024
LA
TRAERÉ PARA TI
No me olvido de ese colibrí
a la puerta de nuestra aventura
del hormigueo del frenesí
del alivio que se siente
cuando he recorrido
tu humahuaca florido
Va siendo hora
que la Luna no se aburra
solo contemplando
desde lejos
la traeré para ti
libaremos tus nalgas
devolveré despacio
esos pezones
que varias veces he tragado
el tema es en definitiva
hacer nuestro menage trois
jueves, 7 de marzo de 2024
La carta de los 68 ganadores del Premio Nobel a Javier Milei
Señor Presidente de la República Argentina, Javier Milei.
Señor Jefe de Gabinete de Ministros,
Nicolás Posse.
Señor Presidente del CONICET, Dr.
Daniel Salamone.
Honorables Senadores y Diputados del
Congreso Nacional.
Nos dirigimos a ustedes con respeto y
profunda preocupación. Vemos como el sistema argentino de ciencia y tecnología
se acerca a un peligroso precipicio, y nos desesperan las consecuencias que
esta situación podría tener tanto para el pueblo argentino como para el mundo.
Vemos con preocupación la eliminación del Ministerio de Ciencia y Tecnología,
el despido de empleados administrativos del CONICET y de otros institutos en
todo el país, y la rescisión anticipada de muchos contratos el mes próximo.
Tememos que Argentina esté renunciando a sus científicos y a sus estudiantes de
ciencias. Nos preocupa que la dramática devaluación de los presupuestos del
CONICET y de las Universidades Nacionales refleje no sólo una dramática
devaluación de la ciencia argentina, sino también una devaluación del pueblo
argentino y del futuro de Argentina.
Como científicos internacionales,
muchos de nosotros hemos sido testigos de las contribuciones transformadoras de
la ciencia argentina. Si no fuera por la ciencia y los científicos argentinos,
las causas del cáncer de pulmón y la diabetes habrían seguido siendo un
misterio durante décadas. Si no fuera por la ciencia y los científicos argentinos,
careceríamos de los conocimientos y la tecnología que permiten a un país con
una pluviosidad modesta alimentar tanto a su propia población como a gran parte
del mundo. Si no fuera por la ciencia y los científicos argentinos,
careceríamos de elementos clave de nuestra comprensión del funcionamiento del
Universo, desde el funcionamiento de un simple virus hasta el funcionamiento de
un átomo. Como ciudadanos del mundo, nos beneficiamos de este legado. Nos
beneficiamos de nuestra aún imperfecta, pero a veces salvadora, capacidad para
diagnosticar y tratar el cáncer. Nos beneficiamos de los avances en agricultura
y de los alimentos que produce el paisaje argentino.
Vemos los muchos avances notables que
han llegado a Argentina a través de la historia y la tradición de la ciencia y
la tecnología argentinas. ¿Dónde estaría Argentina -y el mundo- sin esta rica e
importante historia?
Devaluar y/o cancelar la ciencia
argentina ahora sería un grave error. El mundo tiene muchos problemas, y
cualquier economía moderna como la argentina debe ser capaz tanto de generar
nuevas tecnologías enfocadas a problemas locales como de aplicar tecnologías
generadas por otros en un nuevo contexto local para resolver problemas locales.
Creemos en el ideal de que los países que invierten en nueva ciencia
compartirán sus tecnologías y sus beneficios, pero seríamos ingenuos si no
comprendiéramos que cualquier país que dependa únicamente de este espíritu
comunitario perderá rápidamente su independencia económica.
Algunas cuestiones, oportunidades y
soluciones son globales, y quizá depender de los conocimientos y esfuerzos de
otros puede funcionar en esos casos. Pero muchas cuestiones, oportunidades y
soluciones son locales, regionales o nacionales, y no debe esperarse que las
inversiones y los inversores de otras naciones aporten los conocimientos y
recursos necesarios para abordar esas cuestiones. Sin una infraestructura para
la ciencia, un país desciende a la indefensión y la vulnerabilidad. Sin
desarrollar su propia tecnología para avanzar ni capacitar a las personas o
desarrollar la infraestructura necesaria para el conocimiento científico y
tecnológico de otros a los problemas regionales, nacionales y locales, ¿en qué
situación quedaría Argentina?
Escribimos con la perspectiva de que
Argentina tiene una notable base científica sobre la cual construir si hay
voluntad. Argentina es el único país de la región que ha desarrollado su propia
vacuna Covid-19, construido y lanzado satélites de comunicaciones, y diseñado y
construido reactores nucleares de última generación que no sólo se han
exportado, sino que generarán un suministro nacional de radioisótopos para uso
médico crucial. Pronto se inaugurará un nuevo laboratorio de terapia de
protones, único en el hemisferio sur. Un proyecto multinacional liderado por
científicos argentinos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) ha
instalado el potente radiotelescopio QUBIC a 5.000 metros de altura en la Puna,
en Salta. Este telescopio explorará los primeros milisegundos del universo inmediatamente
después del Big Bang. Argentina ocupa el puesto 10 del mundo en número de
empresas de biotecnología, un logro sorprendente que promete grandes avances en
medicina y agricultura. Mediante ingeniería genética, un grupo financiado con
fondos públicos ha desarrollado con éxito variantes genéticas de trigo
resistentes a la sequía, ampliando así las fronteras de cultivo de cultivos
esenciales. Los científicos argentinos destacan en muchas áreas, como la
geología, la paleontología, la bioquímica, la biología molecular, la
inmunología, la ecología, la física, la arqueología y los estudios
medioambientales, atmosféricos y sociales.
Todos estos avances han sido
consecuencia del apoyo gubernamental a la investigación básica. El progreso
económico y social de las sociedades modernas y la creación de riqueza a partir
de los recursos naturales de un país están estrechamente ligados a una fuerte
inversión pública en ciencia y tecnología. Por estas razones, le instamos
respetuosamente a que restablezca los presupuestos de las restricciones
impuestas recientemente al importantísimo sector de la ciencia y la tecnología
de su país. La congelación de los programas de investigación y la disminución
del número de becarios de postgrado y de jóvenes investigadores provocarán la
destrucción de un sistema que costó muchos años construir y que costaría
muchísimos más reconstruir.
Firmaron la carta: los ganadores del Nobel de Química Thomas R. Cech, Martin Chalfie, Aaron Ciechanover, Walter Gilbert, Richard Henderson, Avram Hershko, Roald Hoffmann, Brian K. Kobilka, Roger D. Kornberg, Yuan T. Lee, Robert J. Lefkowitz, Jean-Marie Lehn, Tomas Lindahl, Roderick MacKinnon, Paul L. Modrich, Jean-Pierre Sauvage, Richard R. Schrock, Sir John E. Walker, Arieh Warshel, Sir Gregory P. Winter y Kurt Wuthrich; el ganador del Nobel de Economía Finn E. Kydland; los ganadores del Nobel de Medicina Harvey J. Alter, Werner Arber, Francoise Barre-Sino, Elizabeth H. Blackburn, Andrew Z. Fire, Jules A. Hoffmann, Tasuku Honjo, H. Robert Horvitz, Sir Michael Houghton, Tim Hunt, Louis J. Ignarro, William G. Kaelin Jr., Barry J. Marshall, Craig C. Mello, Edvard Moser, May-Britt Moser, Sir Paul M. Nurse, Stanley B. Prusiner, Sir Peter J. Ratcliffe, Charles M. Rice, Sir Richard J. Roberts, Michael Rosbash, Phillip A. Sharp, Susumu Tonegawa, Harold E. Varmus y Torsten N. Wiesel; y los ganadores del Nobel de Física Barry Clark Barish, Steven Chu, Albert Fert, Andre Geim, Sheldon Glashow, David J. Gross, John L. Hall, Serge Haroche, Takaaki Kajita, Ferenc Krausz, Anthony J. Leggett, Michel Mayor, Konstantin Novoselov, Giorgio Parisi, Roger Penrose, William D. Phillips, H. David Politzer, Donna Stricland, Kip Stephen Thorne y David J. Wineland.
miércoles, 6 de marzo de 2024
Considero que este articulo debe ser leído por todo político que quiera ponerse al frente de un país y encarar el destino del mismo. Es una radiografía cabal de lo que siente la gente de a pie como uno ante la problemática de la inflación y es sin duda el porqué se le perdona cualquier barbaridad a un presidente, sea del color que sea, si finalmente mata a ese monstruo que se llama INFLACION. Me pone contento coincidir con alguien como Linera.
EL
MONSTRUO DE LA INFLACION
(Por Álvaro García Linera)
Era julio de 1985, y en las legendarias
ciudadelas obreras de Siglo XX, Catavi, y Huanuni, lo imposible acababa de
suceder. El dictador Banzer, aquel que había mandado encarcelar y masacrar
trabajadores mineros entre 1971 y 1977, salía abrumadoramente victorioso en la
votación electoral de esos mismos reductos obreros que lo habían combatido
hasta la muerte.
No habían pasado ni 10 años, y el mundo
parecía colocarse de cabeza. En las elecciones generales, la vanguardia
proletaria de Central Obrera Boliviana le había entregado de manera abrumadora
su voto al dictador devenido circunstancialmente en demócrata
¿Cómo explicar esta debacle de la historia de
una clase social que hasta entonces era el epitome de la conciencia
revolucionaria del pueblo boliviano? ¿Que había modificado tan radicalmente la
mirada del mundo de esos recios obreros? ¿Un extravió de la razón? ¿Una
enajenación política? ¿Un monumental engaño? No. Simplemente, la inflación.
Claro, el candidato izquierdista Siles Suazo
que había ganado las elecciones en junio de 1980 y, después de golpes
militares, había ocupado el cargo desde octubre de 1982, terminaba el año de su
mandato con 600 % de inflación. A la crisis económica heredado de la
cleptocracia militar, se le había sumado el boicot empresarial; y lejos de
buscar una salida de “ajuste” hacia las clases privilegiadas, sus aliados,
especialmente del MIR, optaron por sumarse al saqueo estatal. El resultado
inevitable, el acortamiento del mandato, la casi extinción electoral del frente
y la disponibilidad popular a políticas de shock neoliberal que perduraron 20
años.
Inflación I
La inflación de dos o tres dígitos es un
desquiciador social. Volatiza cualquier lealtad social previa. Ante ella,
memoria de luchas, comunidades de afecto y acción previamente constituidas, se
disuelven espantadas frente al colapso de todas las referencias de orden de la
realidad que provoca la incontenible elevación diaria de los precios.
La inflación transmuta convicciones
revolucionarias en adhesiones reaccionarias. Desestabiliza gobiernos, castiga a
candidatos y puede encumbrar a anodinos políticos como grandes salvadores. La
elevada inflación es un agente de la incertidumbre estructural que agrede el
horizonte predictivo con el que las personas concurren al mundo cada día Y, lo
más relevante políticamente, abre en la estructura cognitiva de las personas,
la desesperada búsqueda de nuevos referentes discursivos y propositivos que le
ayuden a recuperar la certidumbre del mundo.
Los que mejor comprenden el efecto social
corrosivo de la inflación son los empresarios y los gobernantes conservadores. Por
eso, cuando han podido, han utilizado esa herramienta para desprestigiar
rápidamente a gobiernos de izquierda, como el de Allende en 1973, o el de
Bolivia en 1984 y 2008. Y ahora, entre 2022-2024 en EEUU, a la cabeza de la
FED, han estado dispuestos incluso a hipotecar el crecimiento económico y caer
en una recesión, con tal intentar pararla. Pese a eso, como lo lamenta el
premio nobel de economía P. Krugman, la propia mejora del salario real promedio
de los norteamericanos en estos dos años, no ha logrado traducirse un repunte
de la popularidad del presidente Biden, precisamente por la aun elevada
inflación subyacente que le muestra al ciudadano medio que las cosas hoy valen
más que hace 3 años. Claramente, en escenarios de elevación de precios, la estabilidad
y continuidad de los gobiernos son inversamente proporcional a la tasa de
inflación
Los economistas norteamericanos han utilizado
muchos bytes para debatir sobre las causas de la inflación desatada desde el
2021. Con el tiempo, los datos aparecieron, mostrando que hubo problemas de
oferta más que de demanda, debido a los problemas de abastecimiento de
productos básicos, en las cadenas de suministros, en las gargantas de las
líneas de transporte (canal de Panamá, golfo de Adén) etc. Y ello fue aprovechado
por empresas con “poder de mercado”, para empujar los precios al alza. Lo
cierto en todo caso es que, apoyándose en los factores multicausales de los
procesos inflacionarios, siempre y en todo lugar, el que sale ganando es el
empresario por la posición de fuerza que tiene en el mercado propietario de
medios de trabajo y de dinero. Esto hace de la inflación un espacio de
antagonismo redistributivo entre el trabajo y el capital, por la obtención de
mayores volúmenes de excedente económico que permita, para el primero,
compensar el incremento de los precios del consumo básico y, para los segundos,
mayores ganancias en medio del desorden de precios.
El dinero
¿Porque este efecto político y culturalmente
tan devastador de la inflación? Por el poder social del dinero
(Marx). Y, en el capitalismo, por ser el poder social fundamental.
El dinero, en cualquiera de sus formas, de
papel, de moneda, de oro, de títulos, etc., tiene un poder extraordinario, casi
bíblico: el de convertirse en el satisfactor de cualquier necesidad social. Ya
sea comida, bienes inmuebles, artefactos, herramientas, distracciones,
placeres, lealtades invenciones, creatividades, descansos, previsiones, apoyos
o estabilidad, el dinero puede comprarlos. Apenas despunta una necesidad
humana, la que sea, el dinero puede convertirse en ella y satisfacerla. El
único límite temporal a esta cualidad de intercambiabilidad, es decir, de
compra, es el monto, un hecho meramente cuantitativo. El dinero se presenta,
así como un “dios”: el “dios de las mercancías” que pareciera tener vida propia
y por cuya propiedad las personas trituran sus vidas y son capaces de matar o
de morir.
En el capitalismo, la capacidad de producir
bienes y de intercambiarlos, un poder eminentemente social, de todas las
personas, deviene en un poder de una cosa: el dinero. En el dinero, el mundo
moderno este contenido; la sociedad está comprimida; todo trabajo humano está
depositado; el esfuerzo, los deseos, los sacrificios, las actividades y los
sueños de cada persona están almacenados. Tener dinero es, por tanto, tener un
pedazo, grande o pequeño dependiendo del monto, del mundo, de la sociedad, de
las actividades, de los esfuerzos, de las esperanzas de todos los demás.
Inflación II
Por todo ello, cuando este “poder de
influencia sobre la actividad de los otros”, es decir el dinero, comienza a
depreciarse el mundo de las personas comienza a desquiciarse. Claro, si los
ahorros de toda la vida atesorados a lo largo de años, en medio de trabajos
insufribles y privaciones constantes, día que pasa ya no equivalen a 10
quintales de azúcar, o al precio de un automóvil como hace 1 mes, sino a 5
quintales de azúcar o a medio automóvil, entonces la mitad de los infinitos
esfuerzos que hicieron las personas para acumular un poco de poder monetario se
diluyen sin justificación alguna. Si la capacidad de prever el futuro de los
hijos, ahorrando para comprar una casa, o pagar los estudios superiores, se
evapora misteriosamente, la única certidumbre de vida a la que muchas personas
se aferraron durante décadas, ahorrar, se desploma inútil ante el aumento de
los precios de las cosas y el recorte de su capacidad de compra. Si la
previsión de ingresos mensuales permite a una madre garantizar la alimentación,
los servicios y el pago de deudas; y de manera abrupta está obligada a recortar
la mitad de los alimentos de sus hijos porque el dinero que recibe ahora
equivale a la mitad de los productos que podía adquirir, el pavor a un futuro
que se hunde se apodera de sus pensamientos.
El dinero es el vínculo social por
excelencia. Diariamente lúbrica las múltiples actividades de todas las
personas. Sostiene su cotidianidad y su horizonte predictivo imaginado. Pero la
inflación destruye todo eso. La inflación mutila la previsión del destino
familiar. La inflación carcome sus vínculos vecinales o sindicales. La
inflación dinamita su capacidad de prever mínimamente el porvenir. Con el
tiempo, de persistir y aumenta la tasa de inflación, lleva al colapso de sus
vínculos sociales y la hunde en la desesperación y la anomia. La pérdida del
poco o mediano “poder social” del dinero es la experiencia en cámara lenta del
colapso de las certidumbres sociales y del orden del mundo conocido. No por
nada Keynes le asignaba al dinero la función de eslabón entre el presente y el
futuro.
Al diluirse el orden más o menos previsible
del mundo y al carcomerse todos los vínculos personales mediados por el dinero,
las personas sufren un colapso cognitivo, una pérdida de las narrativas que
daban hasta entonces sentido al curso de sociedad y su destino. Inicialmente
habrá una predisposición a salvatajes individuales, como individual es la
experiencia del trastorno de su porvenir. Pero también mostraran una
disponibilidad a salidas abruptas, de shock que le permitan regresar lo más
pronto posible a recuperar la certidumbre frente al porvenir, sin importar el
costo para ello. Las inflaciones elevadas, junto con las guerras, los
cataclismos naturales, las pandemias y las revoluciones, son de los pocos
acontecimientos que conmocionan desde sus cimientos a la totalidad de las
sociedades afectadas y se presentan como hechos políticos totales. Pero es el
único acontecimiento social total que inicialmente provoca respuestas
individuales.
En Bolivia de 1985, la gente acepto despidos
laborales masivos, gigantesca devaluación de la moneda, contracción brutal de
la inversión pública, pérdida de derechos laborales y el incremento acelerado
de la pobreza, siempre y cuando la inflación se detenga. Y la inflación se
detuvo. Lo hizo arrojando a la población al subconsumo y el aumento de la
pobreza extrema. Pero el dinero volvió a ser dinero con valor anclado. La gente
perdió en el “ajuste” una parte sustancial de su capacidad de compra porque no
tenía dinero. Pero sabía que, si algún rato lograba tener un poco, su capacidad
de compra, o de ahorro, era previsible. El mundo, no importaba si miserable y
precario, volvía a ser mundo, porque el dinero volvía a ser dinero, es decir,
la “mercancía imperecedera”.
Las políticas de shock neoliberales no son
las únicas maneras de frenar la elevada inflación. Las sociedades pueden
también sedimentar experiencias colectivas para enfrentar sus problemas
personales y mostrar disposición a salidas por el lado del “ajuste” a la gran
propiedad y las grandes fortunas, como mecanismos para proteger a los que menos
ingresos tienen. Pero en todo caso, esto también requiere una reverberación de
voluntades colectivas populares al lado de una voluntad política determinada a
enfrentarse a los poderes de la gran propiedad para devolver una parte del
“poder social” del dinero a la mayoría de las clases menesterosas. Como insiste
Marx, el Estado no puede crear más riqueza solo emitiendo más dinero, pero si
se puede producir nueva riqueza, puede expropiarla a los que tienen mucho, para
distribuirla a los que carecen de ella, etc.
Pensando en la inflación argentina, en
política no hay que subestimar la capacidad de aguante a castigos sociales que
tiene la población, con tal que ello redima el horror de la inflación. Y peor
si las voces políticas alternas que pueden alumbrar otros cursos de acción
posible solo atinan a mantener las condiciones de las viejas angustias a las
cuales la gente quiere escapar a cualquier costo. Pero tampoco ha de
menospreciarse la frontera del hartazgo colectivo a los sacrificios, más aún
cuando el provenir conservador y monetarista que se ofrece es un fósil
económico que carece de porvenir factible mundial. Y entre medio de uno y el
otro, siempre habrá espacio para realidades aún más degradadas a las
existentes.
lunes, 4 de marzo de 2024
...ES UNA COSTUMBRE…
En el famoso poema de Borges “Milonga de Manuel Flores” esta la frase irónica “Morir es una costumbre, que sabe tener la gente”. Me permito parafrasearla, utilizándola en este otro sentido, que como la muerte, se ha hecho costumbre en mi querida y amada Argentina: “Refundar la Patria es una costumbre, que sabe tener el Presidente Argentino”. Milei ha seguido la tradición en su discurso de apertura de las sesiones parlamentarias el pasado viernes 1 de Marzo de 2024.
“…espero
que podamos dejar atrás las antinomias del pasado, abandonar las recetas del
fracaso y volver, tal como hicieron nuestros padres fundadores hace más de 200 años,
a abrazar de una vez y para siempre las ideas de la libertad…”. “…Este momento
histórico no es para cualquiera. No es para dirigentes que especulan
políticamente, no es para quienes piensan que gobernar es un concurso de
popularidad, no es para los que quieren mantener sus privilegios a costa de un
país quebrado y no es para almas bellas, para los cuales las formas o las comas
en un texto pesan más que la voluntad de cambio. Es para hombres o mujeres de
Estado, para patriotas, para aquellos que piensan en la historia, que están
dispuestos a arriesgarlo todo en beneficio de la Nación, porque arreglar este
país requiere de enormes sacrificios…”. “…Gobernamos para todos los argentinos,
incluso para los argentinos que aún no nacieron. Para que algún día, dentro de
30 años, cuando la Argentina sea una potencia mundial, las generaciones futuras
miren para atrás y digan “fue ahí, en la Docta, nuestra querida provincia de
Córdoba que comenzó el camino a la prosperidad…”. (Javier Milei, 1 de Marzo
de 2024).
Milei no ha sido el único y tampoco será el último,
sino fíjense ustedes mismo:
“…La voluntad del pueblo, a través de sus representantes, se hace presente hoy en este augusto recinto para dar testimonio de que se inicia en estos instantes una nueva etapa de nuestra vida nacional. La noción de ser protagonistas de este nuevo comienzo, que será definitivo, nos inspira a todos un sentimiento de responsabilidad acorde con el esfuerzo que hoy emprendemos juntos, y nos infunde el valor para afrontar un conjunto de dificultades muy graves que acosan a nuestra patria.” (Raúl Alfonsín, 10 de Diciembre de 1983).
“…Vamos a refundar un Estado para el servicio del pueblo, y no para el servicio de las burocracias que siempre encuentran un problema para cada solución…” “…El pueblo argentino tiene una cita con la historia. Para responder a ese llamado vamos a tener que hacer un esfuerzo conmovedor, que comenzará en esta reestructuración de nuestro Estado nacional. Ella no se agotará en sí misma, sino que será un paradigma claro, con implicancias en el resto de toda la comunidad…” (Carlos Saul Menem, 8 de Julio de 1989).
“…Debemos asumir la realidad de que asistimos a un Estado endeudado e ineficiente, un Estado ausente y que tenemos el deber de refundar, de reconstruirlo entre todos para que sirva a la gente, para que sea un Estado para la gente, capaz de hacer eficiente la inversión social, eliminando gastos superfluos y reduciendo burocracias parásitas que distorsionan la equitativa distribución de los recursos. Cada peso mal gastado o perdido por la corrupción o la evasión significa un niño sin zapatillas o un chico desnutrido o una escuela sin libros o un hospital sin remedios…” (Fernando de la Rua, 10 de Diciembre de 1999).
“…Pensamos el mundo en argentino, desde un modelo propio. Este proyecto nacional que expresamos, convoca a todos y cada uno de los ciudadanos argentinos y por encima y por fuera de los alineamientos partidarios a poner mano a la obra de este trabajo de refundar la patria. Sabemos que estamos ante un final de época; atrás quedó el tiempo de los líderes predestinados, los fundamentalistas, los mesiánicos. La Argentina contemporánea se deberá reconocer y refundar en la integración de tipos y grupos orgánicos con capacidad para la convocatoria transversal en el respeto por la diversidad y el cumplimiento de objetivos comunes…” (Nestor Kirchner, 25 de Mayo de 2003).
“…La
entrada al siglo XXI, que la Argentina en cierto sentido ha retrasado, es una
gran responsabilidad de este gobierno y es un motivo de gran excitación, de
gran entusiasmo…” “…Invitamos a todos a sumarse a esta apasionante tarea de ser
pioneros de un mundo nuevo. Queremos que la Argentina entre en el siglo XXI
incorporando políticas de gobierno abierto…” (Mauricio Macri, 10 de Diciembre de
2015).
“…Desde
la humildad con la que escucho y desde la esperanza que millones de
compatriotas han expresado en las urnas el pasado 27 de octubre, vengo a
convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un nuevo
contrato ciudadano social. Un contrato social que sea fraterno y solidario.
Fraterno, porque ha llegado la hora de abrazar al diferente; solidario, porque
en esa emergencia social es tiempo de comenzar por los últimos para después
poder llegar a todos. Este es el espíritu del tiempo que hoy inauguramos, con
sobriedad en las palabras y expresividad en los hechos…” (Alberto Fernández,
10 de Diciembre de 2019).
Cristina Kirchner no tuvo que “Refundar la
Patria”, porque ya lo había hecho su esposo Néstor cuatro años antes, en eso se
salvo de caer en la “costumbre” aunque “ganas y empeño” no le faltaron.
Pobre pueblo argentino que no ha logrado desembarazarse
de semejante ciclo eterno de refundaciones patrióticas, construyendo finalmente
para todos, algo tan liso y tan llano como, UN PAIS, con lo que eso implica, algunas cosas comunes que le sirvan a todos.
martes, 27 de febrero de 2024
LA BALA DE PLATA
No hay manera posible que se entienda como
una persona como Milei pudo llegar al poder en la Argentina en apenas dos años
sin estructura política alguna, sino se acude a argumentos alejados de la
ortodoxia y menos aun se entiende que siga en el mismo con el deterioro
supersónico que se ha sentido en apenas 78 días de gobierno.
Milei fue un candidato atípico, las
barbaridades que pronuncio durante su campaña nunca antes en la Argentina se
escucharon por alguien comprometido a ser Presidente de la República, de ello
se ha escrito bastante, incluso en este blog, pero como todo lo que pasa en la
Argentina, eso ya es pasado, la mayoría de los argentinos han desarrollado para
algunas cosas una rara amnesia.
Desde que asumió la Presidencia, Milei no ha
parado de dar sorpresas, todas muy desagradables, incluso se ha visto un
marcado deterioro económico y social en muchos aspecto de la vida cotidiana de
los argentinos, pero por una extraña razón que trato de enunciar acá, sigue cosechando el apoyo popular de ese 56%
que lo voto, que a la larga representa unos 15 millones de argentinos con
capacidad para el voto de los 37 millones posibles.
Hay una discusión generalizada en parte de la
prensa de este país, que se pregunta a cada rato, ¿hasta cuando Milei recibirá
ese apoyo, que supo lograr en las urnas el pasado 19 de Noviembre?, vuelvo a
repetir hace apenas 78 días atrás asumió.
Se lo preguntan porque los aumentos en todos los rubros de los servicios y
alimentos que recibe la población han sido descomunales hasta tal punto, que en
solo dos meses hasta el 1 de Febrero la inflación ha sido de un 25.5% en
Diciembre y 20.6% en Enero, que en números efectivos son del orden de 51.3% en
apenas dos meses.
La inflación destroza todo, empobrece a todos
por igual, aunque algunos, los más ricos, siempre la sortean mejor, es la gran
Bestia de Gévaudan y para Milei es su UNICA y GRAN oportunidad. Acabar con ella
utilizando el cacareado déficit cero, es su bala de plata, que con un éxito
consumado en los próximos meses podría hacerle terminar su mandato de 4 años, y
además tener la oportunidad real de otros cuatro años más. Esto último a mi
modesto entender es la explicación racional no solo de la paciencia argentina
sino inclusive de la causa de porque Milei llego a la Casa Rosada. La mayoría
de los argentinos dentro del ruido que desato la tormenta Milei en campaña,
escucho el único sonido que necesitaba, “yo voy a eliminar la inflación, pero
llevará su tiempo”, fue música para sus oídos y le creyeron de que lo podría hacer.
Lo interesante de la comunicación de Milei,
es que él se coloca por fuera de su propio Gobierno, ha tenido la habilidad
(hasta ahora) de transmitir a sus votantes que él, es un “león” que lucha
contra todos los poderes establecidos durante tantos años en la Argentina y en
esa lucha, se percibe y se define como un “incomprendido” del status quo (“No
la ven”) pero cuenta con los únicos que la ven, “el pueblo” que lo voto (que no
ha sido poco). Este ultimo relato lo mantiene, encontrando literalmente todos
los días, a alguien con quien enfrentarse, ya sea en sus declaraciones a la
prensa como con sus escritos cortos en la red X. Por ahora hay que decirlo con
todas las letras, ha tenido éxito, pero ese éxito perdurará en el tiempo, en la
medida que demuestre que la INFLACION es una bestia que puede matar con su
única bala de plata, el déficit cero, que incluye la no emisión monetaria y el
ajuste feroz del estado, inclusive a pesar que esa bala de plata intenta matar
no solo a ese enorme lobo que es la inflación, sino hambrear a los que lo
votaron y los que no.
Es posible que este argumento les parezca
poco, pero créanme escudriñando en la historia pasada de este país, es lo único
que he encontrado para justificar porque este pueblo le tiene la paciencia que
le tiene a los neoliberales como Milei. “Menem lo hizo” fue una frase famosa en
los 90 y allí está la respuesta y el argumento contundente de que domando la
inflación que “siempre ha padecido” este país, todo lo demás se perdona.
Menem recibió un país de Alfonsín muy
parecido filosóficamente hablando al que recibió Milei de Alberto, el desempleo
entonces, el último año de Alfonsín rozaba el 6.2% pero por una hiperinflación del
4900% anual, los trabajadores con empleo registrado no solo no llegaban a fin
de mes sino que eran literalmente pobres. Milei recibe de Alberto-Massa el
mismo desempleo y con una inflación galopante del 200%. Nadie le creía entonces a Angeloz y tampoco le creyeron ahora a Massa que con los mismos y haciendo lo mismo
podían matar a la devoradora de hombres, mujeres y niños La Bestia de Gévaudan,
la INFLACION. El brindar la esperanza “comunicacionalmente” de que se tenía “el
método nuevo” para acabar con la inflación hizo que entonces Menem ganara en
primera vuelta con el 48% de los votos, e hizo que Milei ganara con el 56% de
los votos en el balotage. Menem mintió con su “Salariazo” y la “Revolución
Productiva”, nunca hablo de ajuste ni venta de todas las empresas del Estado
Nacional, Milei en cambio ha sido el primer presidente de derecha y neoliberal que gano diciéndole a la
gente que el ajuste fiscal y el achicamiento del estado son la herramienta adecuada para desterrar al monstruo.
Si bien Menem tardo un año y medio en
implantar la convertibilidad de Cavallo (Marzo de 1991), que finalmente hizo
bajar rápidamente la inflación en el año 1991 hasta 172%, hay que decir que la
inflación de 1990 la bajo de 4900% a
1344% (alta igual, pero se sintió el efecto), esto se debió a las
políticas de ajuste ortodoxo aplicadas bajo el mando de Erman González durante
1990 y la acumulación de reservas en el Central.
La inflación de la Argentina luego de
implantada la convertibilidad se redujo sustancialmente los siguientes años de
Menem, hasta alcanzar un 24.9% en
1992, 10.6% en 1993, 4.3% en 1994 y 3.4% en 1995. Este último resultado le
permitió a Menem luego del Pacto de Olivo y la reformulación de la Constitución
del 94, reelegirse por un periodo de cuatro años más.
Si vemos “el trabajo” de Milei en sus
primeros 78 días de Gobierno con Caputo en el Ministerio de Economía haciendo el
GRAN AJUSTE del Estado y acumulando reservas en el Central por 7500 millones de
dólares en este corto tiempo, no hay dudas que estamos ante un revival de “Menem
lo hizo”, y teniendo esto como premisa no hay dudas que si entonces el pueblo
argentino tuvo paciencia para esperar aquel resultado de 24.9 % tres años después
de aquellas despiadadas políticas económicas del menemismo, no sé porque ahora
no la tendrá cuando la bestia de la inflación es lo que más le preocupa.
Por tanto para mi, Milei tiene la única bala de plata para que lo sigan acompañando y es demostrar que la inflación está bajando. Todas las demás penurias y desquiciados exabruptos del presidente serán perdonados, inclusive que como entonces los jubilados se sigan muriendo de hambre.
miércoles, 14 de febrero de 2024
El
verdadero desafío para Javier Milei tras el naufragio de la Ley Ómnibus
(Por Ernesto
Tiffenberg)
Caputo sostiene que el hundimiento de la Ley
Ómnibus no tiene importancia, pero el Presidente reacciona como si le fuera la
vida en ello. Despidos de funcionarios, insultos y Macri en el horizonte. Pero
el destino de su gobierno no se juega allí sino en qué pasará con la inflación
y con los casi 50 millones de afectados.
Una mirada atenta sobre el plan Caputo lleva
directamente a ese viejo chiste del granjero que estaba enseñándole a su burro
a trabajar sin comer y, justo cuando lo había logrado, se le murió. Puede ser
que Javier Milei no lo conozca, o que no lo haya entendido, porque
sólo así se explica el increíble “ahorro” al que está forzando a casi toda la
población argentina, repartida en los territorios provinciales que, como no
tiene ningún gobernador propio, el presidente considera ajenos a su
responsabilidad.
También puede ser que lo conozca y que esté
convencido de que el final puede admitir una reescritura, del mismo modo que
pretende reescribir la historia del país y rediseñar su futuro. Tanta
omnipotencia explicaría su destemplada reacción ante el evitable
final de la Ley Ómnibus y todas las operaciones y operetas políticas que
provocó en las fuerzas proto oficialistas.
Los medios se concentraron en los
detalles del culebrón entre el Gobierno y los gobernadores, y la inoxidable
esperanza de Mauricio Macri de pescar en río revuelto, pero cuando se disipe un
poco la polvareda quedará claro que la suerte del gobierno no se juega tanto en
esa competencia por el voto antiperonista sino en saber hasta qué punto el
burro aceptará mansamente su destino o se plantará de alguna manera para
evitarlo.
La
libertad no avanza
Para el común de los mortales hay dos formas
de hacer las cosas: por acción o por omisión. En el caso del gobierno
libertario, la opción desaparece. Hasta ahora las únicas iniciativas que
prosperaron son las que no necesitan ningún esfuerzo de gestión. El resto,
naufraga.
El último y quizás más claro ejemplo es lo
ocurrido con la Ley Ómnibus. Empezó con 638 artículos, siguió con unos 300,
terminó en la nada. Con toda la “oposición amigable” desesperándose por
apoyarlos, no pudieron construir una mayoría para aprobarla. Las medidas
fiscales eran el corazón del proyecto y fueron las primeras en ser recortadas.
Si lo que se buscaba era una señal de gobernabilidad para los mercados, resultó
lo contrario.
Caída la ley, se construyó la mística de la
victoria en las redes sociales, el único territorio que reconoce el Gobierno.
Que todo fue un ardid del líder para desenmascarar a la casta; que el proyecto,
presentado como indispensable a corto plazo, en realidad tendría impacto en el
largo. Un relato solo apto para convencidos.
Esa misma matriz de incompetencia se exhibe
en cuestiones más terrenales. No fueron capaces de hacer funcionar el plan de
registro de las tarjetas SUBE, fundamental para todo el esquema de alza de los
boletos en trenes y colectivos. Tampoco consiguieron avanzar con el nuevo
proyecto de segmentación para recortar los subsidios a la luz, por lo que solo
pudieron operar sobre el sector minoritario que ya había renunciado a ellos.
Llegando al absurdo, el ministro Guillermo Ferraro, cuyo despido se anunció con
bombos y platillos a los 45 días de asumido por la filtración de la frase de
Milei contra los gobernadores (“los voy a dejar sin un peso, los voy a
fundir”), seguía este viernes en su puesto a pedido del mismo gobierno que lo
echó.
Jubilados
y salarios, las únicas cartas de Milei
Luis Caputo fue el encargado de aportar el
argumento principal en rescate del Presidente. “La Ley no era necesaria para la
crisis porque los números cierran igual sin ella, como muestra el resultado fiscal
de enero”, afirmó el ex Messi de las finanzas sin dar detalles de cómo se logró
el “milagro”. Si se pone un ojo en ello, se entiende por qué cualquier
otro gobierno hubiese preferido no menearlo.
Casi todo el “ahorro” fiscal proviene
directamente de los bolsillos de los jubilados y los sueldos de los estatales,
en proporciones incomparables por su velocidad y profundidad con cualquier otro
ajuste anterior. Ni Macri, ni Menem, ni la dictadura se atrevieron a
tanto.
Los números que no cuenta Caputo y que 1816,
una de las consultoras preferidas de la city, puso al alcance de los curiosos
son:
El Gasto Primario, o sea el que no incluye
pagos de la deuda, cayó en comparación a enero de 2023 un 36,9%.
Para llegar a semejante cifra no hizo falta
apuntar a los "gastos políticos”, simplemente darle un guadañazo histórico
a las jubilaciones y pensiones, que son el principal item del presupuesto
oficial: se derrumbaron un 43,2%.
Lo destinado a los empleados públicos perdió
un 18,2%, a lo que se suma una caída del 19,8% de la AUH y las Asignaciones
Familiares y del 40,8% en los programas sociales.
Pasaron a casi cero la Obra Pública y las
transferencias a las provincias, pero estos rubros, que tanto inciden en la
creación de empleo en todo el territorio nacional, apenas se sienten en el
total del gasto estatal.
En el terreno de los salarios de los
trabajadores privados registrados, Milei consiguió la hazaña de, en menos de
dos meses, llevarlos a un nivel comparable al de la crisis de 2001.
La conclusión obvia de estos datos es
que lo único que hizo el Gobierno en materia económica fue multiplicar la
inflación (por la mega devaluación y la eliminación de todos los controles a la
voracidad empresaria) y no aumentar sueldos ni jubilaciones. Algo que todos los
gobiernos conservadores intentan y que solo encuentra límites en la paciencia
de los afectados.
Por incompetencia o audacia, Milei y Caputo
no generaron ninguna red de contención que aminore los costos sobre los
sectores medios y bajos. Peor aún, por incompetencia o audacia, se dedicaron a
destruir los sectores del Estado que hasta ahora se ocupaban de eso. La
caricatura de este modelo de gestión es la cola de 30 cuadras de
hambrientos, convocados de a uno por la ministra Sandra Pettovello.
El
sueño de bajar la inflación
Para cambiar ese desolador panorama antes que
se disuelva el impacto de la novedad, Milei tiene que mostrar algún éxito
en la lucha contra la inflación más tangible que festejar “el 25% de
diciembre que podría haber sido un 30”. Pero, más allá de la insistencia
oficial, no hay demasiados motivos para el optimismo.
La inflación acumulará alrededor de un 100%
en abril, lo que aumenta las posibilidades de otra devaluación. Como manda el
dios mercado, será difícil evitar la profecía autocumplida, ya que es lo que
prevén la mayoría de los analistas y lo que esperan los productores
agropecuarios para liquidar sus dólares. Si eso ocurre, habrá otro salto
inflacionario.
La persistente indexación de todos los
contratos de la economía (empezando por los recién liberados alquileres) y los
aumentos salariales que vayan consiguiendo los sindicatos (aun retrasados ante
la inflación) garantizan un piso mensual que difícilmente baje rápido a un
dígito. Y no hace falta recordar que aunque los 20/25 puntos que promovió Milei
son mucho peores, los 8/12 que caracterizaron los últimos meses de Massa
resultaron tan aterradores que consiguieron que el libertario terminara
instalado en la Casa Rosada.
“Qué feo es dar malas noticias”, se podría
decir parafraseando a Fernando De la Rúa, pero a pesar del salto de diciembre y
enero la famosa recomposición de precios relativos recién empieza. Falta el
salto que provocará la eliminación de los subsidios a las tarifas y el aluvión
que implicará para lo que queda de la clase media el aumento de las prepagas y
las cuotas de los colegios privados. Un impulso que se mantendrá en el tiempo
porque todo ajusta por inflación y tipo de cambio, lo que sea mayor.
Descartados el regreso del pago de ganancias
por los trabajadores y la suba de las retenciones, por el retiro de la Ley
Omnibus, el Gobierno solo puede aumentar sus ingresos sin pasar por el Congreso
gravando los combustibles y subiendo aún más el impuesto PAIS que impacta en
las importaciones y en los gastos en dólares de toda la población. Como
cualquiera sabe, los dos terminan inevitablemente en los precios.
Los que confían en una recesión que planche definitivamente
las subas deberían tener en cuenta que, gracias a la apertura irrestricta, el
mercado mundial puede absorber lo que los enflaquecidos sueldos argentinos se
resistan a convalidar, por lo menos en alimentos y combustibles, dos rubros
claves de la inflación local. La recesión también afectará la recaudación en
IVA y Ganancias, desbalanceando las cuentas públicas y provocando nuevos
ajustes en un círculo más que vicioso.
Si todo sale mal, aún puede ser peor. Presa
de la desesperación, Milei es capaz de volver a desenvainar el salto al vacío
de la dolarización.
La
decisión del burro
Inoxidable a las malas noticias, el Gobierno
apuesta a que todas esas dudas queden disipadas por la caída del déficit
fiscal, el objetivo excluyente de tantos sacrificios. Los empresarios sacarían
contentos sus billeteras y la inversión privada reemplazaría la desaparición de
toda la inversión pública. En el relato oficial, eso llevará a un futuro de
empleos registrados y recuperación salarial. A pesar de que Caputo cometió la
imprudencia de hablar del “segundo semestre”, todavía no se ve ningún
"brote" de semejante paraíso.
En los grandes grupos económicos lo que está
ocurriendo se ve distinto. Acostumbrados a la fugacidad de los sueños
liberales, esperan a ver para creer. En otras palabras, a aplaudir y apoyar
platónicamente hasta que la economía parezca algo más prometedor que el páramo
actual, con caídas de entre el 20 y 30% en todos los parámetros relevantes.
Mientras tanto, la mayoría aprovechó para incorporar sus reivindicaciones
históricas en el DNU y están tratando de transformarlas en derechos adquiridos
antes de que el Congreso o la Justicia se atrevan a ponerles algún freno.
Es en ese escenario donde el chiste del burro
espera para ser reescrito. Milei y sus amigos sueñan con encontrar la manera en
que el animal aprenda a no comer y sobreviva. La magnitud histórica del ajuste
hace vislumbrar otro final. Que más allá de cómo llegaron a esta situación, la
mayoría de los argentinos se vean obligados a poner un tope al experimento.
Después de todo, es una cuestión de supervivencia.
jueves, 18 de enero de 2024
REALIDAD PARALELA
El posteo del presidente Milei después de terminar su “conferencia magistral” en Davos fue la foto siguiente:
Me hizo
acordar la película alemana Good Bye!, Lenin!, solo que en vez de haber caido en coma
la madre de Alexander Kerner, el que cayó en coma fue Javier Gerardo Milei mucho
antes que el muro de Berlín implosionará el 9 de noviembre de 1989, ahora que
se ha despertado siendo Presidente de la República Argentina sigue viendo, aparentemente
por sus enunciados en Davos, aquella realidad de la guerra fría. A diferencia de
Christiane Kerner, la madre de Alexander, fiel miembro del Partido
Socialista Unificado de Alemania, nuestro presidente Milei es un ferviente
imitador de Murray Rothbard y su contraofensiva contra el comunismo sovietico, que ya no
existe.
Por supuesto
que el Presidente tiene todo el derecho a pensar como quiera, solo que ir a
Davos a presentar una realidad internacional que hace 34 años no existe, lo
hace quedar como eso, un hombre que tuvo un colapso y que aun despertándose de
ese estado no se ha percatado que el Mundo ha cambiado. Recomendamos a su
hermana Karina, La Jefa, sabiendo de su
amor filial, que no siga alimentando como hizo Alexander a su madre en la película
mencionada, una realidad “comunista” que no ha habido ni en la Argentina ni en
el Mundo desde hace tanto tiempo, sobre todo porque siendo el Presidente de todos los
Argentinos, podemos padecer de sus alucinaciones, y además recordarle que bajo
esos efectos dudo que algún empresario mundial, ya que le importan tanto los
empresarios de Davos, hasta tal punto de llamarlos “HEROES”, se anime a
invertir su dinero acá teniendo un Presidente que vive una realidad paralela.
Mr.
GARDINER EN DAVOS
(Por Diego
Sztulwark)
Milei fue presentado en el Foro de Davos como
el presidente que devolvió a la Argentina al espíritu de la libre empresa y al
Estado de Derecho. Haciendo uso de la palabra ante una audiencia empresarial,
el mandatario argentino trasladó a escala global los conceptos doctrinales
expuestos sobre la casta colectivista como principal obstáculo para la prosperidad
y la libertad, tal y como lo había hecho en su discurso del 20 de diciembre del
2023 (aquel en el que anunció el DNU con cientos de desregulaciones).
En esta oportunidad, sin embargo, no se
limitó a exponer la naturaleza de la enemistad entre empresarios y
dirigistas-socialistas amparados en la “justicia social”, sobre la que funda su
concepto de lo político. Sino que advirtió, además, que el occidente
capitalista mismo está en peligro, puesto que sus propias élites dirigentes
(políticos, académicos, funcionarios de organismos internacionales) han ido
cediendo al sentido común de un neomarxismo que, derrotado en la lucha de
clases económica del pasado, gana ahora influencia por medios
"culturales", agitando de modo artificioso conflictos de género y ecológicos
como artilugio táctico para provocar más Estado, más regulación, más burocracia
y por tanto más privilegios propios y más pobreza general.
En esa dirección Milei ofreció a la Argentina
como testimonio y ejemplo del cual el mundo puede y debe extraer enseñanzas.
Porque la historia nacional no hace sino replicar lo que la historia universal:
el capitalismo de libre empresa no solo fue eficaz produciendo riquezas, sino
que es el único instrumento moralmente apto para hacerlo, puesto que no es
movido por el deseo de control sino por el de la libertad. Y los argentinos,
votándolo recientemente, han probado tener plena conciencia del asunto. De ahí
procede el tono vanguardista con el que se propuso a sí mismo como adelantado
en la lucha por la defensa de los valores occidentales amenazados ya no por el
viejo socialismo expropiatorio sino por uno actualizado, que habita en las
propias capas dirigentes de los países más industrializados del planeta y en
las agencias de regulación globales. Todas ellas son comunistas sin saberlo, ya
que el comunismo vive agazapado en un error doctrinal que el profesor Milei
logró desenmascarar a la perfección. Desenmascaró.
El error en cuestión lo cometen las
concepciones "neoclásicas" de la economía que introducen toda clase de
regulaciones y de intervenciones públicas (de la emisión monetaria a los
subsidios) para corregir lo que llaman equivocadamente "fallos de
mercado". Este "socialismo actualizado" que destruye riquezas y
obtura libertares se propone atacar a las "estructuras concentradas"
(o monopolios) en nombre de una visión dogmática del libre mercado. Milei
refutó a estos socialistas de una falsa concepción de la libre empresa
anunciando que no existe tal cosa como los “errores del mercado” (pues el
mercado es la verdad, y la verdad solo emana de los mercados). No son, por
tanto, los intelectuales-funcionarios expertos en resolver crisis por medios
regulatorios sino los empresarios capitalistas los únicos héroes benefactores,
en el plano económico tanto como moral, de la innovación y prosperidad que vive
hoy el planeta.
La polémica de Milei apunta a despejar la
dinámica de acumulación de capital por medio de la apropiación irrestricta de
la riqueza y a refutar toda consideración política, científica, comunitaria a
este propósito. De ahí que resulte tan violenta la confrontación de su discurso
respecto del otro argentino de audiencia global, el papa Francisco). Dijo Milei
que nunca el mundo fue tan libre, rico y pacífico, y que el héroe benefactor a
quien debemos este estado agraciado del presente no debe dejarse dirigir por
burocracias globales o nacionales.
El discurso de Milei no deja de recordar a
Mr. Gardiner, que por haber vivido una vida entera en el universo cerrado de la
jardinería no sabía hablar de otra cosa que de jardines a una élite que creía
estar escuchando sabias metáforas, y complacida, lo hizo presidente. Mr.
Gardiner está convencido de que la apropiación privada de la producción
colectiva de la riqueza es la libertad, y la medidas violentas de desposesión
social y concentración en pocas manos es la fuente de una paz duradera. Y como
cree en eso firmemente, no duda en hablar de la paz en medio de la guerra ni de
la prosperidad en medio de la peor de las desigualdades.
De nada sirve objetar que el colectivismo que
él repudia persiste bajo la forma extendida y compleja de la cooperación social
que genera esas riquezas que él celebra, o que el padecimiento de estas
personas creadoras de riquezas se debe al modo en que son condenadas a la
pobreza y a la humillación producto del tipo de progreso que defiende. Sin
embargo, estas personas desposeídas constituyen un límite efectivo a sus
creencias.
El espectáculo es de lo más curioso: porque
al proponer la apariencia de una realidad cuya estructura parece estar dominada
por el absurdo, Milei no hace sino convocar a un absurdo auténtico que aún no
ha llegado. Porque la “derecha radicalizada” -como le llama el antropólogo
Pablo Seman- se presenta de un modo demasiado racionalista y doctrinario.
Demasiado idealista y procapitalista como para enfrentar el núcleo del absurdo
que constituye dramáticamente la realidad. Para que el absurdo aflore
acabadamente hace falta atravesar aun batallas culturales, o
"intelectuales y morales", palabra que el propio Milei parece tomar
de Antonio Gramsci. Mientras el discurso predicante de Mr. Gardiner se encierra
en la llamada escuela austríaca quizás convenga aproximarse a las páginas de un
checo llamado Kafka, que pueden orientarnos mejor en la comprensión de ese
núcleo dramático que puebla todo verdadero realismo.